Hay gente que es falsa por naturaleza, que pone su carita de buena persona y que después, descubres su verdadera personalidad. Porque esto es un hecho. Siempre acabas descubriendo cómo son las personas. Se puede tardar un poquito más, pero terminas sabiendo la verdad. Y en ese momento, te liberas. La verdad puede ser dolorosa, pero cuando has comprobado que todo era un fraude, se convierte en tu fiel compañera.
¿Por qué la gente se muestra de manera diferente a cómo es? Se llama quedar bien. Ir de buena persona por la vida, con una sonrisa, fingiendo ser un ángel sin maldad. Tarde o temprano sacan a la luz su verdadero lado oscuro. ¿Qué puedes hacer entonces? Pues reírte. Es la mejor medicina cuando te encuentras con este tipo de gente que claramente apesta. Obviamente, no necesitas personas así a tu alrededor. Sobran.
La pena es cuando sigues viendo lo equivocada que sigue la gente creyendo esas mentiras y falsas apariencias. No puedes hacer nada para sacarles de ese túnel oscuro. Tienen que llegar a la misma conclusión que tú llegaste. Sin ayuda. Pero las personas con una falsa apariencia son muy inteligentes. Es su modus operandi. Solo te queda cosa a la que aferrarte. Este tipo de espécimen humano miente y para mentir, hay que tener muy buena memoria. Apelemos pues a la falta de memoria o a que se coge antes a un mentiroso que a un cojo.
Al final, todo sale a la luz.
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